Champex lac
¿Hasta dónde llega la capacidad de aguantar y sufrir que se puede tolerar en un Ultra??....buff!!....no lo sé, depende de cada uno, de su capacidad para abstraerse del dolor y del agotamiento, de la capacidad para convencer a tu propio cerebro de que es posible seguir adelante aunque parezca que ya lo has dado todo.Solo sé que esa noche, en La Fouly, se quedaron las esperanzas de muchos corredores de ser finishers del UTMB, sin ir más lejos, creo que si no fuera por la fuerza que me proporcionó pensar en porqué estaba allí y porqué tenía que terminar, hubiese dado por concluido el UTMB en dicho avituallamiento.
La Fouly km.108 24:01:28 pos.698.Todavía llego con fuerzas a la Fouly, cansado pero entero y sin ningún dolor que me moleste demasiado, busco a Juan Carlos y Albert pero no los veo, tranquilo, ya aparecerán.
Hay bastante silencio en la carpa y eso que está casi completa, pero el avituallamiento de La Fouly se parece más a un hospital de campaña que a un avituallamiento, se nota que el Grand Col Ferret ha sido un paso muy duro.
Los compañeros sentados en las mesas están como ausentes, muchos de ellos literalmente, tumbados en los bancos completamente dormidos, veo a dos que se pasan todo el rato mirando el tazón de caldo, como si este tuviera algún poder hipnótico, más bien diría que están dormidos con los ojos abiertos mirando fijamente al tazón.
Aunque el panorama que veo en las mesas donde sirven la comida es todavía peor, un pasillo está ocupado por un chico que esta tumbado en el suelo, rodeado por un voluntario y por un médico de la organización y conectado a un monitor cardiaco, bufff!!...la visión del chico y el sonido del monitor casi me dejan noqueado, al otro lado, dos chicas cubiertas de mantas térmicas son llevadas en brazos fuera de la carpa, tampoco tienen buena pinta, el único pasillo libre para coger comida lo ocupamos los 3 únicos corredores que nos estamos avituallando en ese momento, y eso que la carpa está a tope.
Ya solo me faltaba mirar la mesa donde recogen los chips de los que se retiran, hay cola!!! Glapsss
!!.....¿pero qué pasa aquí????Tras tomarme un buen bocata de fiambre suizo con queso y el siempre presente tazón de caldo que esta vez se presenta en versión helvética (sin pasta pero más cremoso), veo que mi cuerpo no se adapta bien a los parones pues comienzo de nuevo a tiritar, por lo que decido salir rápidamente de este pequeño infiernillo que se vive en La Fouly.
Llamo a Juan Carlos para preguntarle por donde anda, ya que no pienso seguir parado aquí, me comenta que no llega a La Fouly a tiempo y que me va a esperar en un tramo de pista que hay cerca de Praz de Fort.
Salgo de La Fouly con ganas de alejarme de todo lo visto, en plena noche y tiritando, tardo algo así como 500 metros de trote lento en entrar en calor y volver a ser trail-runner, esto se va a convertir en una constante a lo largo de toda la noche, cada vez que parare durante la fría noche, me entrara una fuerte tiritona que solo llego a calmar tras recorrer unos buenos metros trotando o caminando rápido.
Este tramo hasta Praz de Fort e Issert es muy corredor y fácil, pero entre la noche y el cansancio va a acabar haciéndose muy largo.
Voy trotando y sin embargo soy incapaz de dar alcance a dos franceses que, caminando a largas zancadas, parece que hayan salido de La Fouly a dar un paseo bajo las estrellas, es en este momento cuando me doy cuenta que ya no estoy fresco, ni siquiera tibio, mas bien “quemao”, introduzco la función xinoxano en mi cerebro y trato de seguir sin parar de trotar, ya solo tengo el objetivo de ver la furgo de los Kiyos y allí recuperar fuerzas.
Así es, antes de llegar a Praz de Fort veo la furgoneta, dentro de ella, Juan Carlos y Albert me ayudan a recuperarme con un buen avituallamiento de lo más variado, el efecto que me produce es muy positivo ya que una vez que salgo y me recupero de la consiguiente tiritona comienzo a trotar con buenas sensaciones camino de Issert y la ascensión a Champex.
Issert, autentico final del largo descenso del Grand Col Ferret.La subida a Champex es de las que cuando uno mira el perfil del Ultra pasa desapercibida, sin embargo no deja de tener casi 500 de D+ en 5km. Y eso, a estas alturas de carrera, se convierte en un duro escollo.
Comienzo a subir bien, fuerte, no sé de donde han salido las renovadas fuerzas, voy ganando posiciones y cazando grupillos, hasta que me acomodo en un grupete de 5 o 6 corredores con los que termino de subir hacia el avituallamiento de Champex.
Champex km.123 27:53:05 pos.614No tardo en salir de la carpa del avituallamiento de Champex, nada más salir, al lado del lago, se encuentra la kiyoneta, donde aprovecho para cambiarme de ropa, comer y entrar en calor.
Salgo de Champex convencido al 100% de acabar el Ultra, eso sí, con una fenomenal tiritona provocada a partes iguales por la parada, el frío y la humedad del lago, a mi lado tengo de nuevo a Albert, que piensa acompañarme hasta Vallorcine y me va a distraer y animar durante los duros kilómetros que vendrán más adelante.
Una vez entro en calor nos ponemos a trotar suavemente por una cómoda pista que va bajando hacia Martigny, nos las prometemos muy felices ya que el ritmo es buenísimo para estas alturas de carrera y los kilómetros a meta parecen pocos.
Pero todo ello no es más que una ilusión, al poco la pista se convierte en una senda “pestosa”, muy resbaladiza y que en ocasiones transita al lado de un canal de agua, Albert se pega dos o tres buenos resbalones con el consiguiente susto y el ritmo comienza a decrecer, otra cosa que ignoramos en ese momento es que nos vamos a tener que tragar 1.000m de desnivel negativo para llegar a Martigny.
Justo cuando comienza a amanecer creemos ver el avituallamiento en la localidad que hay al fondo del valle, al llegar abajo vemos que no nos acercamos a las casas sino que comenzamos a subir por una carretera asfaltada rodeada de campos de vid camino de una nueva ascensión
….¿pero dónde está el Martignyyyy este?? de los cojo......essssssDe este tramo guardo en la retina la imagen de un chaval francés que iba a nuestro lado con un compañero, de repente comienza a apocarse, a caminar mas y mas lento hasta parar y en una suerte de movimiento continuo acabar tumbado en el mismísimo asfalto que hay al lado de la cuneta tratando de pegar una cabezada, su compañero, ni corto ni perezoso, no dudó en hacer lo mismo….buff!!si yo hago eso ya no me levanto!! Y más con la rasca que hacía, poco más de 2 o 3 grados.
La subidita de regalo se las trae, cuando ya hemos subido un desnivel considerable comienza de nuevo una vertiginosa bajada hacia Martigny, a ambos lados, en las pequeñas praderas que quedan libres de bosque, se puede ver a más de un corredor tumbado, durmiendo y cubierto con la manta térmica.
….y por fin!!....Martigny!!.....un avituallamiento de lo más esperado tras mucho más de tres horas desde que salimos de Champex.
Martigny 31:49:38 pos.509 ( más de 100 puestos ganados y no debemos haber adelantado a más de 20….el resto…..retirados en Champex)
…o el avituallamiento fantasma,
NADA QUE COMER!!!....y esto, en un Ultra como este, tras dos noches y más de 130 kilómetros….duele.
Coca cola y agua es todo lo que hay en el avituallamiento, vaya chasco!!...salgo cabreado y comiéndome una barrita de las que me quedan, habría pagado en ese momento por otros trozos de mazapán de Atzeneta (tomo nota para el siguiente Ultra).
Prácticamente no paro ni un minuto ya que llevo bastante agua en la camel, comienzo a subir hacia Trient con buenas piernas, cansadas pero todavía “operativas”.
Se ha formado un buen grupete de gente , Albert y servidor vamos tomando referencias con la gente que nos acompaña, a mi derecha pasamos al lado de un huerto con unos tomates tamaño melón, por un momento me planteo saltar y zamparme uno, pero me abstengo de hacerlo, poco más adelante y fruto de la frustración cerebral por no haberlo hecho, me sorprendo pensando en los sabrosos ciruelos que Julia se ha traído de su tierra y que están en….Chamonix ( fallo estratégico), creo que me los habría comido todos de una sentada.
Poco a poco voy perdiendo gas, la subida es terrible, traza una perpendicular a la carretera que sube el Col de Forclaz y salva unos 1.000 de D+ en 5 km.
Col de Forclaz....en alguna de estas curvas me esperaba el hombre del mazo.
Cuando ya alcanzamos a ver a Juan Carlos, parado con su furgo en una de las curvas de la carretera, me doy cuenta de que ya no voy bien, no paro de preguntarle a Albert si falta mucho para llegar arriba, el, piadosamente, trata de suavizar la situación comentándome que ya queda poco, pero la verdad es que acaba de venir a verme el hombre del mazo, perdón, del Ultramazo y no hemos llegado ni a mitad subida.
La pájara que pillo en esta subida es brutal, tan solo recuerdo haber pillado una semejante en una edición de la Marxa de Benicassim subiendo la Balaguera, y en aquella ocasión no llevaba 130y pico kilómetros en las piernas.
Todavía no se cómo llego al Col de Forclaz, se me hace eterno y estoy completamente fundido, sin fuerzas, vacio, lo mejor de todo es que allí me está esperando Laura junto a Juan Carlos y Julia y la recientemente finisher de la CCC, Karmele, junto a Pascual.
La parada en el Col de Forclaz es indispensable y mientras charlo, o eso creo, con ellos, voy comiendo todo lo que se pone a mi alcance, y es que creo que el paso por Martigny sin avituallamiento solido lo he pagado muy caro en esta subida.( para mí un fallo terrible de la organización).
Me despido de Laura y compañía y sigo adelante, ahora toca un fuerte descenso hacia Trient, donde volveré a verlos, me sigue acompañando Albert que trata de animarme en este duro momento.
El descenso es un suplicio, a la pájara, de la que todavía no me he recuperado, se le suma un fuerte dolor en los laterales de las rodillas que me impide descender correctamente.
Cada escalón en descenso es como si se me estuvieran rompiendo los ligamentos laterales de cada rodilla, casi no puedo doblarlas y tengo que bajar muchas veces de manera lateral apoyándome en los bastones y dejando escapar algún gemido de dolor……vaya tela que duro es esto Albert!!!.
Entre la pájara y las rodillas que comienzan a decir basta, llego a Trient bastante tocado, pero convencido de llegar a meta ya que tengo un buen colchón de horas.
Trient
Trient 34:30:58 pos 518
Me avituallo bastante bien en Trient, me tomo mi tiempo para recuperarme de la pájara y no dudo en acompañar la comida con una buen cerveza del terreno que me ofrece Pascual (impagable)….ummm!!...me sabe a gloria.
Otra cosa es el tema de la información sobre lo que nos queda de Ultra, de tal manera que al salir de Trient salimos convencidos de que no vamos a subir Catogne y que pasaremos directamente a Vallorcine por el fondo del valle.
Mi gozo en un pozo, vaya si se sube Catogne, con todas sus consecuencias.
….y sin embargo durante la subida al duro escollo de Catogne me encuentro fenomenal, dentro de la paliza que llevo encima, voy subiendo con energías renovadas, es más, voy cazando algún grupete de gente por lo que se confirma que me he recuperado de la pájara, aunque mis piernas ya no están para muchas alegrías.
De repente nos vemos en la parte trasera de un buen pelotón de españoles, la mayoría de Huesca, van charlando alegremente los acompañantes, los que sufren la carrera ya no tanto, algún componente de este grupo va literalmente dormido sobre sus bastones, suplicando de una vez por todas que se acabe el sueño que les invade, por delante oigo un acento que no me suena a maño, es inconfundible, y aunque no alcanzo a verlo le pego un grito…
Yeeeeppp…..ese canario que va por delante!!!!....no serás el canario con el que charlé en Bonhomme ¿no??....
….siiiiii, soy de canarias….¿tú quien eres?¿?¿?....soy el de Castellón, ¿te acuerdas? Parece que haga mil años!!!....jajajjjj…..increíble, casi dos días después coincidimos en las últimas cuestas de Catogne, una buena charla , que coincide con el maravilloso espectáculo que nos brindan las últimas laderas de esta ascensión, al fondo del valle se adivina nuestra próxima cita en Vallorcine tras lo que parece un inacabable descenso, primero entre praderas y luego por un denso bosque.
Catogne 36:32:52 pos.526
La inercia de la subida nos lleva a pasar al nutrido grupo, la alegría de la subida se transforma en la dura realidad de la bajada, aquí se confirma lo peor, todavía me quedan fuerzas (escasas) pero lo que ya no me quedan son rodillas, hinchadas como sandias e imposibles de doblar en cada escalón de bajada.
Al poco de iniciar el descenso tengo que parar en una de las curvas de la senda, las vistas son magnificas, pero yo, sentado en una piedra privilegiada frente al valle, no he parado para admirar las bella panorámica de los Alpes, sino para rociar por completo mis piernas con el bote de réflex que me han dejado Carmen y Pascual.
El réflex funciona, pero ya es incapaz de solucionar el marrón que tengo en las articulaciones, cuando estoy a punto de levantarme Albert me comenta que llevo algo envuelto en papel de aluminio en la parte trasera de la mochila….
…..Einnn!!.....lo desenvuelvo y……
UN BOCATA DE TORTILLA DE CALABACIN!!!! …..Aparecido de la nada!!!
Mira, todavía me cae alguna lágrima al recordarlo, que alegría!! en ese momento no lo cambio por nada del mundo…..creo que este momentazo se lo debo a Carmen y Pascual.
Así que allí estamos los dos, a casi 2.000 metros de altura en pleno UTMB, dando buena cuenta del bocatatortillacalabacín y disfrutando de las vistas mientras me rocío una y otra vez las piernas con réflex, la verdad es que no apetece levantarse pues ya sé que el dolor en lo que queda de descenso será una constante, mientras termino el bocata nos dan alcance de nuevo los chicos de Huesca, del canario ya no volveré a saber en carrera, más tarde me comentarán que llegó casi al mismo tiempo que yo( luego tampoco lo pasó muy bien de aquí al final), los oscenses, sin embargo, llegarán a meta con una hora de adelanto a mi tiempo final….y eso que iban dormidos!!! .
El descenso es una tortura continua, las rodillas son dos troncos que han perdido su capacidad de articularse sin dolor, sin embargo todavía puedo avanzar con cierta solvencia para lo petado que voy, al llegar a Vallorcine creo que ya lo he conseguido, que a pesar de todo lo que voy sufriendo ya no quedan, según la organización, grandes desniveles que atacar.
Vallorcine. 37:58:14 pos. 549
Me avituallo bien pero rápido, no quiero perder tiempo y enfriarme, me despido de Albert que tiene que volverse a Castellón desde Ginebra, ha sido un magnifico compañero de Ultra, su labor, dándome ánimos durante estos duros kilómetros finales ha servido para que no tirara la toalla y no puedo dejar escapar alguna lágrima de agradecimiento al despedirme de él, es un momento realmente emotivo.
A estas alturas lo único que me queda es nadar y guardar la ropa, nada más salir se une a mí, para acompañarme hasta meta, Julia, que me va a dar conversación y ánimos hasta las puertas de Chamonix.
A pesar de ser un terreno muy favorable, sin casi desniveles y corredor, ya soy incapaz de trotar salvo en las zonas muy favorables y cuando lo hago es solo por inercia y sin ganar muchos metros de ventaja al paso los zombis de The walking dead..
Una vez en el Col de Montets tan solo queda un pequeño descenso hacia Argentiere sin grandes desniveles, por lo que todavía me atrevo a hacer un trotelastimero en algunos tramos.
Superando el Col de Montets....al fondo se ve a Julia.
Llegando a Argentiere y hablando de lo divino y lo humano con Julia le comento que en todo el Ultra no me he tomado ni un gel….y que narices!!!....creo que ya va siendo hora de tomarme el gel que he paseado durante dos días y 160 kilómetros!!!(me podría haber estado quietecito)
Esto me tiene que sentar bien Julia!!.....seguro que llego a meta en 41 horas pelás!!!....que ya sólo quedan, según la org. Poco más de 8 kilómetros desde Argentiere (iluso)
….JAJAJAJJJJJ…..se tendría que haber roto la bolsita de gel, o algo parecido para no haber podido tomarlo….
….el efecto es inmediato, expres, diría yo, al cabo de no más de dos minutos ya voy como un rayo…….como un rayo buscando algún escondrijo donde poder hacer de vientre…..vaya retortijón!!!...el gel me ha dejado el estomago del revés y yo sin poder hacer nada a las afueras de Argentirere.
Apurado y casi sin poder caminar, ni mucho menos trotar pues el efecto es fulminante debido al apretón que tengo encima, llego al control de Argentiere.
Argentiere 39:32:56 pos.578
Ni siquiera entro al control, voy desesperado buscando un servicio donde poder aliviarme, le preguntamos a una chica de la organización que gustosamente me acerca a unos servicios que hay una calle más abajo…
Buffff!!!.....estoy salvado!!.....peroooo….la tortura acaba de comenzar….ahora me rio pero el momento es para recordarlo…..los servicios son de los que hay que hacerlo de pie, bueno más bien de cuclillas y os puedo asegurar que me habría resultado más sencillo haciendo el pino….vaya tortura!!
Aquí estoy yo, de cuclillas , apoyándome en los bastones para que no me crujan mas las rodillas y con los cuádriceps temblando para mantenerme….del resto mejor no hablar ni entrar en detalles, al salir la chica me pregunta si estoy bien, trato de sacar la mejor de mis sonrisas y hacer la mejor cara para demostrarle que estoy bien y que no ando mal del estomago, pero en realidad estoy jodido, acabo de cargarme el estomago y todavía no se las verdaderas consecuencias que ello me va a acarrear en los 8 kilómetros(según org.)….13 kilómetros reales ( y confesados por la voluntaria) que me quedan hasta la meta en Chamonix.
Al salir de la carpa del avituallamiento me esperan mis angeles de la guarda, Laura, Carmen, Pascual, Julia, Juan Carlos y dos nuevos animadores, Vicent Ahis y su mujer….insisten en que me coma un bocadillo y me tome una coca cola antes de seguir ya que me ven bastante mal ( y no les falta razón).
Me siento en un peazo piedra que hay al lado de la carpa y con la compañía de Laura me tomo el bocata y la cola poco a poco, mientras tanto voy mirando el reloj y haciendo cálculos de cuando llegaré a meta, en teoría ya no quedan subidas ni bajadas fuertes (JAJAJAJJJ) y debería llegar a meta sobre las 41 horas y pico, en realidad no soy consciente de lo que me espera de aquí en adelante por el efecto demoledor del gel en mi estomago…..toda una odisea.......
Vacío, parece que ya no me queda nada que hacer, pero no, todavia me queda todo por lo que he venido hasta aqui.
foto Vicent Ahis